jueves, 10 de noviembre de 2011

EDUCACIÓN RELIGIÓN (CUAL ES EL PRIMER TEMPLO DE LOS CRISTIANOS )

El pueblo de Israel pasó de ser un pueblo nómada a ser un pueblo sedentario. Tras la conquista de la Tierra Prometida, los hebreos se sedentarizan. Hasta entonces, una tienda guardaba o, mejor, cobijaba la apreciada Arca de la Alianza, en cuyo interior se encontraban las tablas de la ley; era la llamada tienda del encuentro. Custodiada por los hijos de la tribu de Leví, significaba la presencia del Señor en medio de su pueblo. Tras el fiasco de la monarquía de Saúl, David accede al trono e Israel comenzará a ver un período de paz y prosperidad, que mantendrá el reino unido. Establece en Jerusalén la capital del Estado y construye su palacio real. David, preocupado por erigir un lugar digno para el Arca llega a la conclusión de la necesidad de erigir un templo, pues –se dice a sí mismo- no puedo yo vivir en una casa de cedro mientras el arca del Señor vive en una tienda (2Sam 7, 2). David piensa en un gran templo que guarde el Arca y que siga siendo signo de la presencia de Dios en medio de su pueblo como lo había sido la tienda del encuentro. Dios aceptará el proyecto del rey David pero designa que sea Salomón, su hijo y sucesor en el trono, el que lleve a cabo la obra, pues considera indigno a David a causa de su pecado ( 7, 12-13). Salomón recibirá, pues, el encargo de su padre David y llevará a efecto la construcción del Primer Templo de Jerusalén. Ese primer templo sería destruido el año 586 a. C. por la invasión de las tropas de Nabucodonosor. Al regreso del destierro, Esdras levanta un nuevo Templo sobre las ruinas del primero (Esdras 3, 8-9). Herodes, al filo ya de la era cristiana, lo dotará más tarde de unas proporciones mayores; sus muros llegaron a alcanzar los cien metros de altura. Ese templo quedaría definitivamente demolido en la destrucción total de Jerusalén el año 70 de nuestra era por los romanos. En la actualidad, el “muro de las lamentaciones” es el único residuo que queda en pie, en el lado occidental del Monte del Templo, de la fábrica del magnífico edificio de Herodes el Grande. Hoy es el símbolo del esplendor perdido del judaísmo, está considerado como una sinagoga al aire libre y es el lugar más sagrado de la tierra para todo judío creyente.

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